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Foto del escritorMaría Vera

Inundaciones en Alemania y Bélgica: Una tragedia a evitar en el futuro

Autos arrastrados por la fuerza del agua, casas tapiadas y escombros bloqueando vías de acceso en Alemania y Bélgica son algunas de las imágenes aterradoras que hemos visto en medios de comunicación y redes sociales durante los últimos días. Aterradoras no solo porque significan muertos, heridos y damnificados, sino porque estamos conscientes de que este escenario seguirá repitiéndose si no actuamos rápido en favor del medio ambiente.


Las lluvias comenzaron hace ya más de una semana. Jamás, los habitantes de las regiones más afectadas habían imaginado, ni mucho menos presenciado, lo que ocurrió. Precipitaciones fuertes y excesivas que tardan mucho tiempo en detenerse son las características más sobresalientes del fenómeno que provoca el desbordamiento de ríos.


“Todo fue muy rápido, el agua subió a 1.60 metros. Había cadáveres en la calle.”, fueron las impactantes declaraciones de un habitante de Bad Honnef, en Renania del Norte-Westfalia. “Nadie esperaba esto, ¿de dónde vino toda esta lluvia? Es una locura.”, dijo Annemarie Mueller, una vecina de Mayen, perteneciente a la misma región de Alemania. El saldo total de esta tragedia en el oeste de Alemania y el sur de Bélgica, hasta ahora ha sido (cifras aproximadas):


  • Más de 200 muertos

  • Más de 700 personas heridas

  • Miles de desaparecidos y damnificados

  • Miles de personas evacuadas y muchas aún en riesgo.


Son números que demandan un estado de alerta, tanto por parte de las autoridades, como por parte de la población misma. Esto incluye aquellos a quienes les afecta directamente o indirectamente, y aquellos que no se sienten amenazados en lo absoluto, al menos por ahora.



¿Qué tienen que decir sobre esto las autoridades?


Algunos Jefes de Estado se han pronunciado, evidentemente, unos por estar afectados directamente, otros por solidaridad, pero también porque, seamos honestos, saben que es algo que podría ocurrir en sus países en un futuro no muy lejano. ¡Estamos advertidos y desde hace tiempo!


“Catastrófica”, “Fantasmagórica” y “Surrealista” fueron los adjetivos usados por la canciller alemana Ángela Merkel para describir una de las tragedias naturales más impactantes de los últimos años.


Lo de catastrófica y fantasmagórica, lo acepto, pero lo de surrealista no. ¿Cómo puede ser surrealista algo que a todas luces fue un hecho pronosticado por lo que consideramos más racional y realista: la ciencia? De manera que la consternación es admisible, pero la sorpresa no, al menos no por parte de quienes se supone están al frente de las naciones.


También ha habido llamados a la consciencia por parte de la canciller de Alemania respecto al fenómeno climático. De igual forma, lo hizo el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, quien manifestó su preocupación alrededor del tema ambiental: “Terrible. Seguimos impactados por las imágenes de las inundaciones en Alemania y Bélgica. Familias destrozadas por la pérdida de seres queridos, destrucción de hogares y medios de vida. Una muestra más de que urge actuar para frenar el Cambio Climático y evitar nuevas tragedias".


Sin embargo, el planeta necesita mucho más que palabras de indignación y llamados a la reflexión. Necesita de acciones definitivas, contundentes y eficaces alrededor de este tema. Al fin y al cabo, solo nuestras acciones como humanidad nos podrán salvar de un futuro similar o parecido a las actuales catástrofes naturales.



¿Qué dicen los científicos y expertos?


Un equipo de investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Newcastle, liderado por el doctor Abdullah Kahraman, llevó a cabo simulaciones climáticas de última generación. Esto con el fin de comprobar el movimiento lento de las tormentas para aumentar la cantidad de precipitaciones en la localidad, que a su vez incrementa el riesgo de inundaciones. Estas han sido más graves de lo que se determinó en estudios anteriores.


La conclusión de esta investigación fue que el cambio climático provoca actualmente un aumento considerable de tormentas intensas, y de movimiento lento, en Europa.


Es comprensible que en países como Alemania la situación se esté presentando en este momento, ya que la temporada de lluvia se da entre mayo y septiembre. Por supuesto, es también un indicador de que eventos climáticos como estos se seguirán produciendo en lo que queda del año 2021. En su mayoría, se desarrollan de forma extrema en regiones de montaña media y alta. En este sentido, la alerta se hace mayor.


Los expertos en climatología y meteorología han demostrado en diversas ocasiones que estos fenómenos se darán una y otra vez en las próximas décadas. En algunos lugares del planeta serán las lluvias, en otros las sequías extremas que imposibilitan la vida.




Las ayudas monetarias y materiales


Lo más inmediato, claramente, es la ayuda con dinero, para reparar los daños materiales. Sin embargo, sabemos que las vidas no se recuperarán y quizás los impactos psicológicos de las víctimas sean difíciles de superar. Aunque, ciertamente, es una ayuda muy necesaria, estamos conscientes que el patrón de conducta, donde solo nos ocupamos del control de daños, nos ha traído a esta situación.


Es imperativo un plan de acción e inversión económica que contribuya a la disminución de emisiones de CO2 hacia la atmósfera. No hay mucho más sobre qué reflexionar, ni qué cuestionarse acerca de esta causa en específico. Las iniciativas actuales, desgraciadamente son insuficientes, siempre necesitaremos de las instancias de poder, de los grandes capitales, para cambiar el rumbo que nos lleva directamente al fin de la vida en el planeta tal como la conocemos hoy.


En un artículo anterior, el cual puedes leer aquí, ya he explicado que el problema está enraizado en el estilo de vida y las economías de las grandes potencias y países más industrializados. Son ellos los que producen más emisiones, a pesar de que hay zonas de mayor población en el mundo. En consecuencia, necesitamos que los modelos de consumo imperantes pierdan fuerza y que los poderes políticos internacionales ejecuten acciones inmediatas que reviertan el problema que causaron.


¿Podría esta lamentable catástrofe por las lluvias en Alemania, Bélgica y los Países Bajos generar algún tipo de contundencia en este sentido? Quiero creer que así será. Lo que más deseamos los que estamos en esta lucha es evitar que esto se repita en el futuro.


¡Únete al cambio!

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