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Foto del escritorMireia Martínez

Transformistas y especialistas en ciencia, así es Science Queers

Actualizado: 16 nov 2023



Òscar Aznar Alemany, también conocido como Lana Vuli cuando se transforma, estudió química y traducción, y siempre ha intentado mezclar ambas cosas, ya sea colaborando con el TERMCAT o en traducción científica. Sin embargo, no fue hasta que empezó el doctorado en química que pudo hacer las primeras pruebas de la idea de Science Queers a nivel internacional: “trabajar con textos científicos me ayuda a elevar el perfil del catalán, que es otra parte de mi identidad aparte del colectivo LGTBIQA+, que suele molestar a quien quiere imponer su normalidad”.


La unión entre la divulgación científica y el colectivo LGTBIQA+ es la clave de Science Queers, son transformistas y especialistas en ciencia del colectivo que ofrecen espectáculos y microcharlas de divulgación científica.


¿Cómo surgió la idea de unir ciencia y el colectivo LGTBIQA+? ¿Fueron unos inicios duros?


En 2015, mientras hacía el doctorado, en un congreso, hice un musical Disney para hablar de los pesticidas en salmón. Fue un éxito y me hizo plantear explorar más el formato y aprovecharlo para visibilizar el colectivo. En enero de 2017 hice el primer cabaret travestido en otro congreso y así empezó la aventura.


Durante dos años, el proyecto solo era yo (o más bien, Lana Vuli), y lo llevé a congresos de ciencia, de comunicación científica y a bares, discotecas y hasta a un festival en el desierto. En 2019, con la creación del canal de YouTube, comencé a invitar a más gente y, hasta ahora, más de 40 personas, entre transformistas, gente de ciencias, equipo de grabación y diversas entidades han colaborado con nosotros, pero suele ser un subgrupo de una decena de personas las que estamos en activo según las acciones en marcha. ¡Siempre tenemos las puertas abiertas a quien se quiera unir!


No nos cuesta introducirnos en programas de eventos ajenos y hemos organizado actos propios en espacios que tienen el colectivo LGTBIQA+ como uno de sus ejes. Claro es que todo esto se hace desde el activismo, que suele implicar falta de recursos, por eso todavía no hemos conseguido hacer un acto propio en un sitio sin vínculos queer. Nos faltan contactos y llamar a más puertas, pero la percepción que tenemos es que los centros de cultura, aunque algunos pinten un arcoíris en el mes de junio o den charlas sobre el colectivo, tienen bastantes dudas a la hora de poner un grupo de travestis en una sala de actos.


Os definís como un grupo que, de la mano de eventos, unís el colectivo LGTBIQA+ y la comunidad científica, ¿cómo lo hacéis? ¿En qué consisten vuestros shows?


Transformistas y especialistas en ciencia del colectivo hacemos espectáculos y microcharlas de divulgación científica. Partimos de la base de que la gente venga porque le interesa o le afecta uno de los dos temas, y entonces se exponga y aprenda del otro. Aunque el tono es siempre divulgativo, a menudo divertido, y el contenido es asequible a todo el mundo, algunos contenidos son bastante especializados. Lo que destaca es que todo el mundo puede entender lo que comunicamos y que las identidades LGTBIQA+ son claramente visibles en todo momento.


¿Cómo habéis conseguido combinar ciencia con diversidad sexual y de género en vuestro trabajo?


Es mucho más sencillo de lo que parece. Basta con mostrarte como eres, que no es necesario que sea siempre magnificado como hacemos en los escenarios, sino que puede ser no esconder detalles de tu vida personal que las personas cisheterosexuales no esconden. Se trata de normalizar nuestra existencia, acostumbrar a la gente con identidades normativas a vernos y valorar nuestra contribución como las de los demás (tolerar ya se queda corto).


Tenéis una cuenta de YouTube donde subís distinto contenido dedicado a la ciencia: Orgullo en Ciencias, Science Queers Academy, La Ciencia del Mes… ¿Qué es lo que le inspira a la hora de crear contenido? ¿Llegáis al público que busca?


En cada vídeo se debe poder aprender ciencia, ya sea un detalle o un tema más desarrollado, y debe visibilizar las identidades del colectivo, ya sea con artistas queer o con una persona del colectivo en el mundo de la ciencia. En cuanto al público, tenemos un crecimiento lento pero constante, y escogemos realizar una lectura positiva de ello.


¿Qué importancia tiene la divulgación científica en relación con los otros temas que ocupan el colectivo LGTBIQA+?


A menudo se piensa en la diversidad afectivosexual y de género como la excepción extraña de que somos el colectivo LGTBIQA+, pero las personas heterosexuales o cisgénero son simplemente una de las diversas posibilidades. Todos somos personas y debemos poder ocupar los mismos espacios en las mismas condiciones. Nosotros visibilizamos nuestras identidades en el mundo científico, pero debe hacerse lo mismo en todas las áreas de la vida porque se nos sigue considerando menos profesionales, se nos sigue agrediendo verbalmente y física en privado y en espacios públicos, no tenemos los mismos derechos por defecto, sino que las élites políticas los debaten y alimentan el odio contra nosotros para ganar poder. Cada acto de presencia en público es (desgraciadamente) una acción de lucha, ya sea en un contexto científico o en cualquier otro.


¿Cuáles son algunos de los problemas a los que os afrontáis a la hora de difundir la ciencia ligada al colectivo?


Como era de esperar, tristemente, el proyecto funciona mucho mejor en una dirección que en otra. El público presencial de nuestros actos es casi todo queer. Y sabemos que cientos de gente cisheterosexual nos conocen y reciben información de nuestros actos porque, por ejemplo, los compartimos en la lista de distribución de la ACCC. ¿Por qué esta gente que va a ferias con espectáculos y talleres de ciencia, a teatros donde hacen monólogos científicos y a centros cívicos con charlas temáticas, no vienen a nuestros espectáculos, monólogos y charlas? Si alguien lo sabe, que nos lo diga, que vamos a trabajar, pero la única crítica que hemos recibido hasta ahora apunta a que el problema es quiénes somos y no qué hacemos.


En Way To Zero Waste consideramos que todo lo que es personal, es político. ¿Cómo veríais vuestro proyecto dentro de la política? ¿Creéis que debería tener un espacio?


Qué especie tan triste somos que tenemos un sistema para negociar quién merece qué. Nuestra existencia por sí sola es ya política, por desgracia. Es improbable que Science Queers entre dentro del circuito político institucional, pero cada acción nuestra es un manifiesto político. Por suerte, hay algunos partidos que ya nos apoyan, aunque no suficientes.



“Se trata de normalizar nuestra existencia, acostumbrar a la gente con identidades normativas a vernos y valorar nuestra contribución como las de los demás”


¿Qué impacto esperáis tener a través de su trabajo? ¿Consideráis que lo está consiguiendo? O mejor, por el hecho de la discriminación que sigue sufriendo el colectivo LGTBIQA+ en todo el mundo, ¿consideras que os ponen más obstáculos a la hora de hacer vuestro trabajo?


Como he mencionado, el colectivo queer recibe bien a la ciencia, la encuentran interesante y, a menudo, divertida. Ahora bien, creemos que las entidades y el público de fuera del colectivo no acaban de conectar, que no nos toman en serio, pero también entendemos que es difícil conectar sin venir ni a un solo acto a ver qué hacemos…


¿La comunidad científica deja espacio suficiente a las personas que forman parte del colectivo y también trabajan en ciencia?


Depende de qué espacios hablamos y de lo visible que es la identidad queer de quien lo intenta ocupar. La sexualidad no se ve a simple vista, por tanto, hay quien puede salvarse de la discriminación. Las personas (sobre todo hombres) que se autodenominan «discretas» (con el significado de esconder su pertenencia al colectivo y de actuar según los estereotipos cisheteronormativos) pueden acceder a los círculos de poder ocupados por los hombres cisheterosexuales (y, en muchos países, blancos). Ahora bien, las personas que viven su identidad con normalidad pueden encontrarse un techo de cristal como, por ejemplo, las mujeres. En resumen, si se nos cede espacio suficiente es porque no nos identifican (mucho) con el colectivo.


Vuestro proyecto sería perfecto para educar a los niños y niñas, os veis llevando un show drag a una escuela para enseñar la ciencia con una perspectiva queer?


Sí, es algo que hemos comentado varias veces y que nos gustaría mucho; pero, como todo, es difícil organizar sin un patrocinio, especialmente cuando deberíamos pedir fiesta del trabajo para ir a las escuelas, que funcionan en horario laboral.


¿Qué consejo darías a aquellos que quieran involucrarse en la divulgación científica LGTBIQA+ o en la promoción de la inclusión en general?


Que se unan a nosotros o a algún otro proyecto en marcha para poder ser un mayor grupo con más fuerza, que se preparen para trabajar mucho, que se pongan objetivos realistas y que no se comparen con otros.


¿Qué proyectos tenéis planeados para el futuro, cómo esperáis expandiros?

Antes de abrir nuevos caminos, nos gustaría conseguir un mayor reconocimiento para el Orgullo en Ciencias, ya que es el evento que mejor describe lo que queremos hacer. Creemos que sería crucial coorganizarlo con algún centro de investigación, museo o universidad para dar este salto. De hecho, hemos tenido reuniones con la UPC para una posible acción el próximo curso. Una vez hecho esto podemos pensar en nuevos formatos, en ir a escuelas, en llevar el Orgullo en Ciencias y Science Queers Academy de gira por Catalunya... Por ahora trabajamos a menudo en el maravilloso Ateneu del Raval y podéis informaros de todo lo que hacemos en nuestra web, en Instagram, en Twitter y en LinkedIn.


Uníos a nuestro equipo, venid a nuestros actos o interactuad en redes sociales: hagamos ruido para que Science Queers tenga tanto impacto que ya no sea necesario un proyecto así.



Moltes gràcies, Òscar.



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